jueves, 20 de mayo de 2010

¿Existe una política exterior entre los Estados Unidos Mexicanos y Europa qué sea totalmente benéfica para nuestro país?


Para poder dar una óptima respuesta a la cuestión que da pauta al presente ensayo, es fundamental, en primera instancia, observar como han llevado las relaciones entre México y Europa con base a las herramientas jurídicas existentes, posteriormente se realizará un análisis para ver la funcionalidad y beneficios de tal política exterior, de existir externar cual es la base del éxito y en su defecto establecer cuales son los vacios que provocan la disfuncionalidad y falta de oportunidades de desarrollo internacional.
México da comienzo oficialmente a sus relaciones con la Unión Europea (en aquel entonces Comunidad Económica Europea) mediante la firma del Acuerdo Marco de Cooperación de 1975, durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, seguido por la formulación del Primer Programa de Cooperación Financiera y Técnica 1976 “concebido para incrementar y diversificar el flujo comercial entre México y la CEE, ordenando las relaciones comerciales, fomentando el contacto entre los operadores económicos e impulsando la cooperación económica bilateral”. (Mondragón, 2004) Todo lo anterior desemboca el 26 de Mayo de 1991, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en la Firma de un nuevo Acuerdo Marco de Cooperación que al igual que el suscrito en 1975 era firmado con carácter de no preferencial y que a grandes rasgos tenía como objetivo la consolidación, profundización y diversificación de de las relaciones entre las partes en beneficio mutuo con base a lo establecido en el mismo acuerdo “ampliar y diversificar su comercio reciproco, además de incrementar su cooperación comercial, económica, científico-técnica y financiera”. (Degrelle, 2000)
Posteriormente y durante el mandato de Ernesto Zedillo México, el 8 de diciembre de 1997, firma tres documentos jurídicos cumpliendo con la declaración solemne en busca de desarrollar una cooperación autentica basada en el principio de la financiación conjunta, que entrarían en vigor el 1 de octubre de 2000.
• Acuerdo Global o Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, siendo México el primer país de América Latina en celebrar un acuerdo de asociación con la Unión Europea,
• Acuerdo Interno, como complemento del Acuerdo Global con relación a las cuestiones de comercio.
• Declaración Conjunta, que establece las bases para la negociación de servicios, movimientos de capital y pagos y propiedad intelectual.
Las herramientas jurídicas antes nombradas tenían como principal objetivo crear un espacio comercial en un contexto de integración multinacional a través de una zona de Libre Comercio para la apertura de oportunidades externas de desarrollo, (Mondragón, 2004) creando una cooperación en tres aristas principales concertación política, cooperación y asociación económica, precisamente de la tercera arista es de la que emana el siguiente y más importante proceso de las relaciones entre México y Europa, el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México(TLCUEM).
El TLCUEM es un marco institucional que establece la creación de un área de libre comercio que, bajo cumplimiento de las normas de la Organización Mundial del Comercio, otorga un marco jurídico de bienes y servicios, apertura de las compras públicas, liberalización de movimientos de capital, entre otros.
Es así como se llevado a cabo la relación, que más que diplomática consideramos económica, entre México y la Unión Europea y que ha dejado como resultados un crecimiento en el comercio bilateral de casi 172% con respecto a 1999, las exportaciones de México han crecido 209%, 14 Acuerdos de Promoción y Protección Reciproca de Inversión reflejándose en 70.8 mmd de inversión productiva de la Unión Europea. (Chacón, 2009)
La descripción histórica anterior, en primer lugar externa que las relaciones desde hace 34 años se han llevado a cabo, pero solamente en ámbitos económicos, hemos estrechado relaciones con un conjunto de Estados económicamente desarrollados, dejándonos siempre en un panorama de desventaja, por la disparidad en la capacidad económica de una región comparada a la de una sola nación. Este es un factor preponderante para considerar que no hay una política exterior con Europa que nos beneficie por la falta de integralidad, debido a que sobrecarga la relación a un sentido económico.
Es ese el principal problema, México se ha enfocado en el intercambio económico creando un alto grado de dependencia ante Europa en ese sentido, sin poner atención a la posibilidad de crearle la necesidad a la Unión Europea de estrechar lazos que relativamente equilibren la relación, explotando las particularidades nacionales con las que Europa no cuenta y que le puedan interesar, lo cual denota un abandono de aquella región tan importante en la participación de cualquier país en el panorama internacional por parte de los encargados de diseñar la política exterior de México.
Es en el mismo orden de ideas que podemos concluir la política exterior de México ante Europa no brinda beneficios mas que económicos, lo cual deja abierta la necesidad de estrechar lazos que nos puedan beneficiar de una manera integral y que puedan impactar en la calidad de vida del mexicano, será hasta ese momento que podremos aducir que las relaciones entre México y Europa son benéficas para nuestro país.





Chacón, M. (2009). México y la Unión Europea, una decada de relaciones. Caracas, Venezuela: SELA.
Degrelle, O. (2000). La evolución de la relación política entre México y la Unión Europea a través de sus acuerdos de libre comercio. Distristo Federal, Mexico : Biblioteca Jurídica.
Mondragón, L. O. (2004). El Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM) . Cholula, Puebla, México: Universidad de Las Américas Puebla.

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