jueves, 20 de mayo de 2010

¿Cómo crear y dar practicidad a una Política Exterior de México ante Europa?




En documentos previos se buscó plasmar una explicación de la inexistencia de una política exterior de México ante Europa, que fuese realmente benéfica para el desarrollo de nuestro país, a lo que consideraríamos una inconsistencia no brindar una alternativa que solvente tal crítica. Es por eso que en el presente ensayo haremos la labor de delinear, con base a lo comentado en el curso, como debería ser una política exterior de México ante Europa que en verdad pudiera redituar al desarrollo económico, social y político de nuestro país. Ante este reto es importante denotar que no profundizaremos en particularidades que puedan extender el documento, el trabajo se hará en asuntos meramente estructurales con la intención de crear un “sistema” que pueda aplicarse a las diferentes naciones que componen el “viejo continente”.
Debemos tomar en cuenta que:
las relaciones desde hace 34 años se han llevado a cabo, pero solamente en ámbitos económicos, hemos estrechado relaciones con un conjunto de Estados económicamente desarrollados, dejándonos siempre en un panorama de desventaja, por la disparidad en la capacidad económica de una región, comparada a la de una sola nación. Este es un factor preponderante para considerar que no hay una política exterior con Europa que nos beneficie por la falta de integralidad, debido a que sobrecarga la relación a un sentido económico”. (Mayorga, 2010)
Es por ello que consideramos que el primer paso debe ser diversificar la gama de aristas con base a las cuales se establecen las relaciones y que no sólo vayan dirigidas a un desarrollo económico sino, también a un desarrollo social, político, cultural y académico; precisamente son los cinco ángulos en los que diseñaremos la propuesta de una política exterior de México ante Europa.
Desde un sentido económico las relaciones, como antes se ha mencionado, se han estrechado desde hace 34 años, existe un marco que respalda el intercambio y la liberalización económica con base al TLCUEM, pero consideramos que aún quedan ciertos vacios en la planeación de nuestra economía, mismos que nos tienen en plena desventaja. Consideramos de suma importancia plantear una Política Económica que vire las expectativas comerciales de la extrema dependencia a los Estados Unidos a una apertura económica de México con Europa que represente una disminución gradual de los aranceles, lo que nos permitirá identificar los productos con los que cuenta nuestro país y que tienen la posibilidad de ser comerciados, sin que el comercio de estos represente el descuido del mercado interno con base a una inversión extranjera directa vigilada por el Estado y que sea destinada al crecimiento y al desarrollo económico; esto se traducirá en ganancias que permitan que gran parte de nuestro Producto Interno Bruto sea invertido en Educación, Investigación y Tecnología, lo cual brindará un crecimiento industrial que represente el detrimento del déficit, traducido como deuda en nuestra balanza de pagos, tomando en cuenta que un alto porcentaje del Producto Interno Bruto se utiliza en el pago de las deudas y que ahora bien, podremos invertir en las variables antes mencionadas dando paso a un crecimiento integral de nuestro país.
A partir de la implantación de la estrategia antes mencionada que se encargará a cuidar y regular un intercambio comercial equitativo, podemos hablar de un fomento al intercambio tecnológico que nos brinde las bases al desarrollo de medios productivos nacionales, que a la postre podrán ser intercambiados, es también menester mencionar que podemos tomar como base de nuestras relaciones económicas el intercambio de productos primarios, en un contexto en que Europa se encuentra en una latente crisis alimentaria, creando ahora una dependencia de insumos de Europa ante nuestro país.
Este cambio a la dirección económica traerá consigo un alto desarrollo social, que impactará en la calidad de vida del mexicano y permitirá que la sociedad tenga acceso a situaciones básicas como la educación que brindará continuidad generación en generación del crecimiento descrito, así mismo será importante importar ciertos marcos y políticas europeas que se han encargado a fomentar y devolver un alma civilizada en las relaciones sociales como una cultura de vialidad, transparencia institucional, y fortalecer el apoyo a el sector “juventud”, mismo que ha sido abandonado de gran manera en nuestro país.
En otro sentido, es importante denotar que la presencia política brinda respaldo a las relaciones entre Estados, es por eso que desde ese sentido nuestro país debe aprovechar el panorama de desencuentros políticos que ha creado la confrontación armamentista, fungiendo como mediador ante las potencias mundiales, pero teniendo como base el desarrollo de alternativas energéticas y la promoción de ellas, aprovechando el territorio nacional y aprovechando esta línea para promover un intercambio con los principales países europeos en el desarrollo de alternativas energéticas.
México debe crear políticas preventivas con Europa dirigidas a sobredimensionar el detrimento del mundo colaborativo y simétrico causado por la carrera armamentista, aunada a un sinfín de calamidades que la humanidad ha cometido con el ambiente y las relaciones sociales. Debemos fomentar políticas de reforestación, cuidado del agua, respeto de los Derechos Humanos, desarrollo sustentable, cuidado bélico, de las que México pueda sacar provecho como país referente ante el cuidado del desarrollo del mundo, que puedan impactar a la sociedad internacional, dejando a México como el principal promotor, pero adquiriendo la calidad moral para realizar tales llamamientos, de un fomento interno.
También y desde una perspectiva cultural es necesario fortalecer los vínculos académicos con universidades europeas, que si bien existen, nuestro país no les da la importancia debida y esto no nos brinda la oportunidad de estrechar lazos sociales y académicos a la escala que debería ser requerida. No podemos dejar de lado la necesidad que nuestro país tiene por borrar esa idea de considerarnos “hijos europeos” que desde un sentido emocional nos tiene siempre en un perfil bajo ante ellos, cuando ahora nos situamos en el momento preciso para eliminar esa concepción y poder virar la lógica que ha descrito las relaciones México-Europa y buscar que ahora sea “el viejo continente” el que dependa de una nación creciente, que sólo podrá encontrar el desarrollo sí lleva a cabo las medidas pertinentes en el marco interno, porque podría parecer que para poder solventar una propuesta de Política Exterior benéfica ante Europa es trascendental observar las necesidades de transformación que México detenta en sus marcos internacionales, pero consideramos que es de mayor trascendencia el trabajo en las relaciones internas, que a la postre nos puedan servir como base para delinear nuestras relaciones con el exterior.
BIBLIOGRAFÍA.
Mayorga, S. (Abril de 2010). "¿Existe una política exterior entre los Estados Unidos Mexicanos y Europa qué sea totalmente benéfica para nuestro país?"; Ensayo tercer parcial Relaciones Actuales entre México y Europa . pág. 1.


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